lunes, 27 de abril de 2009

El Hospital: Mamografía: protocolo para la evaluación operacional


Imágenes diagnósticas
Mamografía: protocolo para la evaluación operacional
Mauricio Vergara, MSc* y Paulina Fuentealba, TR*, Febrero 2009


La mamografía es, sin duda, la imagen radiológica más exigente en resolución y contraste, y también la más sensible a las degradaciones en el comportamiento operacional de los equipos involucrados: tanto el mamógrafo como la impresora o reveladora de películas.

En este artículo se revisarán los parámetros instrumentales que influyen en la calidad de la mamografía y se sugieren algunas rutinas simples, que permitirán al operador cuantificarlos regularmente.

Imagen mamográfica
Como todas las imágenes radiográficas, las mamográficas resultan de la interacción del haz de fotones que emergen de un tubo de rayos X y el tejido en estudio, en este caso la mama. Esta interacción varía con la densidad tisular, lo que resulta en un haz de fotones detrás del tejido mamario, con una distribución espacial que reproduce las regiones con diferentes densidades: cuando es alta hay pocos fotones, y cuando es baja hay muchos.

La imagen está ahí, detrás de la mama. No se puede ver con los ojos, pues los fotones que la componen tienen una energía muy alta (25 a 30 kilovoltios [kV]) y no pueden ser capturados por la retina humana, por lo que se requiere la utilización de pantallas y películas fotográficas. La pantalla transforma los fotones de alta energía en baja energía (visibles), para que puedan ser registrados definitivamente por la película (figura 1).

Mamografía: protocolo para la evaluación operacional
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El Hospital: Información para el desarrollo de los servicios de salud en América Latina

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